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| /2011/06/sabores-de-verano-y-la-corriente-de-un.html |
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2011-06-27T19:08:00Z |
2097-01-23T19:09:00Z |
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44 |
Sabores de verano y la corriente de un río |
/2011/06/sabores-de-verano-y-la-corriente-de-un-rio/ |
Llega el verano y con él algunas de las cosas que más me “gustan”: el sudor, no dormir bien, dolor en las articulaciones (como mi abuelo), estudiantes de vacaciones mientras sigo trabajando o el Grand Prix del Verano. Algunas de ellas en realidad no son tan dramáticas. De hecho, algunas de ellas, las echas de menos ya que sólo suelen venir en verano, como pueden ser la piscina, los viajecitos o los helados de ron con pasas.
Al igual que los estudiantes mi curso de estudios y de ministerio entre jóvenes encuentra una pausa (bastante merecida desde mi humilde punto de vista). Esta pausa no es únicamente para descansar sino para evaluar el año. ¿Cómo ha ido el último curso en Xtrem, ¿cómo hemos cambiado?, ¿en qué hemos mejorado?, ¿en qué hemos empeorado?, ¿qué debe cambiar para el curso que viene? Muchas ideas y pensamientos se agolpan en mi mente y es difícil clasificarlos y colocarlos en montoncitos que tengan sentido para ser procesados. Particularmente este año que viene, desde el punto de enseñanza me propongo poner en mi mente la idea de que el mensaje que transmito a esas chicas y esos chicos es el mensaje dado por Dios. Puede ser más bonito o más feo; pero eso debe darme igual: yo soy el mensajero. Y ese mensajero NO PUEDE alterar en manera alguna el mensaje que se le ha encomendado comunicar y tampoco puede tener más importancia que el emisor que le ha encargado el trabajo, el mensaje a comunicar o el receptor. Este año que viene tanto en Xtrem como en F47 deseo llevar tu mensaje para ellos Dios, quiero ser simplemente el mensajero que sea capaz de llevar tu mensaje de la manera más fiel y de la forma más sencilla de comprender. Quiero entregar ese mensaje y dejarles a ellos con él y contigo. A solas. Para meditar sobre ese mensaje. Si necesitan ayuda o tienen preguntas ese mensajero debe estar ahí para ellos Padre. Ese quiero ser yo. Ese debe ser mi papel. Ni más. Ni menos.
Y sigo con el mismo pensamiento que tenía hace una semana. Sigo viendo ese mismo río que sube y que baja pero que no deja de avanzar. Ese río que, si parase, se estancaría y empezaría a oler mal. Ese río que puede con todo lo que se ponga delante.
Este es mi trabajo. Amo mi trabajo.