author |
blogger_author |
blogger_blog |
blogger_internal |
blogger_permalink |
categories |
date |
publishDate |
id |
title |
url |
iarenzana |
|
|
/feeds/11302648/posts/default/7716173243844858212 |
|
/2012/04/dejando-morir.html |
|
|
2012-04-07T07:32:00Z |
2097-01-23T19:09:00Z |
37 |
Dejando morir |
/2012/04/dejando-morir/ |
Hace no mucho alguien me dijo algo bastante interesante: “Por cada decisión que tomas, dejas morir otra”. Inevitablemente. Llevo varios meses con esta idea en la cabeza, principalmente porque estoy en un periodo de mi vida lleno de decisiones muy críticas: ¿dejo mi trabajo de 8 años extremadamente bien pagado para estudiar algo que jamás me pagará igual? ¿dejo mi país para marcharme a estudiar a otro?
De decisiones entiendo. En serio, no quiero resultar arrogante con esta afirmación, pero puedo decir que en estos 8 años quizá no he aprendido mucho de informática, pero mi trabajo me ha enseñado mucho de la vida. Me ha enseñado a tratar con gente que te falta el respeto y me ha enseñado a que debo aprender a conseguir respuestas por mí mismo.
Pero si hay algo extremadamente valioso que he aprendido, es a tomar decisiones en situaciones críticas. En ocasiones varios clientes llaman con problemas y debo aprender a dar prioridad a unos sobre otros. A veces esta decisión es fácil (problemas más grandes primero, los menos urgentes después). Otras, la decisión es difícil porque afecta a mucha gente e implica mucho dinero. ¿Qué soluciono primero? ¿Debo dar por perdido alguno? ¿A quién informo? ¿Qué sucede? y lo más importante ¿Qué puedo hacer yo para arreglarlo? Son algunas preguntas que te vienen a la cabeza y a las que hay que dar solución en muy pocos minutos o segundos.
Con la experiencia aprendes que tienes una responsabilidad y te pagan por algo (no sólo por estar sentado). Tienes que tomar decisiones. Y una de las cosas más importantes que debes saber es que no siempre vas a tomar la decisión más correcta: desde el punto de vista de alguien (tu superior o un cliente) o a veces desde tu propio punto de vista. Pero debes preguntarte: Con la información que tenía y mi capacidad de decisión… ¿he hecho lo correcto? Muchas veces simplemente la decisión no es correcta a incorrecta, sino que hace más feliz a otros o a ti mismo.
Todos tenemos la capacidad de decidir; desde qué pan vamos a desayunar hasta con quién vamos a volver a casa después de clase pasando por “patatas o ensalada con el filete”. Tú decides cuales son tus decisiones, algunas serán buenas y otras no lo serán tanto. Cada decisión que tomes hará que otra muera. Deja a Dios el control de tus decisiones, en serio, quita mucha presión. Elimina mucha responsabilidad.